Anastasia Steele, una estudiante de literatura de la Universidad de Washington, recibe la tarea de entrevistar a Christian Grey, un empresario millonario de 27 años. Al compartir una conversación con él, Anastasia se enamora perdidamente y no consigue sacarlo de su cabeza, mientras que Christian, deslumbrado con la inocencia de ella, le propone iniciar una apasionada relación sexual donde le mostrará sus fantasías más oscuras.
Convertida en una de las novelas más vendidas de los últimos tiempos, desde su aparición en 2011 y durante dos entregas posteriores, "Fifty Shades Of Grey" se transformó en un indiscutible fenómeno literario que trascendió prácticamente en todo el mundo.
Considerando el negocio millonario que resultó y las millones de fanáticas que cosechó, su adaptación cinematográfica era algo seguro y a comienzos de este 2015 el Sr. Grey llegó a la gran pantalla.
Y como era de esperarse, "Fifty Shades Of Grey" se estrenó rompiendo varios récords de taquilla y recaudando la descomunal cantidad de 571 millones de dólares, todo gracias la fama del libro, una masiva campaña publicitaria e incluso a pesar de las nefastas críticas que recibió.
Reconocido el masivo suceso que en el que se convirtió la película y dejando de lado sus méritos publicitarios para atraer a la gente al cine, "Fifty Shades Of Grey" es un film que no funciona por ningún lado: como drama romántico resulta absurdo hasta los máximos extremos, mientras que como producción erótica da incluso más pena no atreviéndose a hacer nada más que una aproximación (helada) a lo erótico.
Con una duración de poco más de dos horas, el film se sufre el doble por el ritmo lento con el que se desarrolla y por la acumulación de diálogos dignos de una película pornográfica de bajo presupuesto, con los cuales incluso se complica no reírse de lo lamentables que se escuchan.
Pero lo más chocante no son precisamente los diálogos o su ritmo aparatoso, lo peor es ese punzante machismo con tintes misóginos que se quiere imponer a través del manipulador Christian Grey, utilizando como excusa el sadomasoquismo y justificando su parafilia en base a un pasado "sufrido".
Esta es una implementación penosa que no sólo deja a la mujer ( representada por Anastasia) como un mero objeto sexual (no únicamente en el "cuarto de juegos") del casi dictador Grey que pese a ser vendido como un príncipe azul, representa una de las peores caras del género masculino.
Dejando de lado el cuestionable mensaje que intenta imponer, el film tampoco puede despegar en base a sus escenas de sexo ya que todas y cada una de ellas resultan completamente gélidas, aunque peor todavía es la actuación del inexpresivo Jamie Dornan que parece pensar que intimidación e inexpresividad actoral significan lo mismo.
Iniciando la que seguramente será una de las sagas más taquilleras de los años venideros (salvo que ocurra un milagro y sus fanáticas prefieran quedarse sólo con el libro no acudiendo masivamente a las salas de cine), "Fifty Shades Of Grey" es un auténtico suceso comercial que nadie puede negar, así como tampoco que es una película lamentable y con cero calidad artística, que claramente se impone como una de las peores producciones hollywoodenses de los últimos tiempos.
2.0/10