Han pasado 4 años desde el desastre ocurrido en las instalaciones de Jurassic Park. John Hammond, el creador del parque, le revela al matemático Ian Malcom que existe otra isla donde se criaban los dinosaurios antes de ser transportados al lugar de cautiverio, e insiste en continuar documentando el comportamiento de estos mismos. A pesar de negarse en un primer momento, al enterarse que su novia se encuentra investigando en la isla, Ian acepta viajar para rescatarla antes de que vuelva a ocurrir un nuevo desastre jurásico.
Un par de años después de revolucionar el cine y reventar las taquillas de todo el mundo con "Jurassic Park", Steven Spielberg volvió a ponerse tras las cámaras para dirigir la tan esperada secuela.
Y como era de esperarse, nuevamente fue un rotundo éxito recaudando 618 millones de dólares en todo el mundo y brindando una nueva película de aventuras lejos de ser memorable como la anterior, pero igual de entretenida y disfrutable.
Ambientada en una isla diferente a la vista anteriormente, no pasa mucho para que nuevamente estemos introducidos dentro del mundo de los dinosaurios clonados, siendo otra vez deslumbrados por los impresionantes efectos especiales con los que están hechos.
Al no tener el factor novedoso de la anterior, esta segunda parte opta por explotar más a los dinosaurios, dándole más espacio y más personajes secundarios para que puedan devorar.
Si bien no hay tantas como en su predecesora, tenemos un par de escenas tan hábilmente rodadas que se vuelven memorables: la secuencia al borde del acantilado es espectacular y el ataque del Tyranosaurio Rex por la ciudad argumentalmente es absurdo, pero visualmente es igual de deslumbrante que el otro momento.
Sin revolucionar el género de la aventura como sí lo hizo la primera, "Jurassic Park: The Lost World" es simplemente una de esas superproducciones hollywoodenses ideales para pasar un rato entretenido, que sirve como excusa para ver otra vez a los dinosaurios más impactantes que se han hecho dentro del mundo cinematográfico.
7.3/10
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