X-Men: Días del futuro pasado (2014)

La extinción de los mutantes en manos de los Centinelas es inminente. Para evitar la muerte de sus pares, el Profesor X y Magneto deciden enviar a Wolverine al pasado para que los encuentre en los años 70, y los convenza de encontrar a Mystique para impedir la creación de los robots asesinos que causarán la perdición de la raza mutante.

Tras el renacimiento que significó para la saga "X-Men: First Class" y el reafirmamiento con "The Wolverine" de que los mutantes continúan siendo un número ganador en la taquilla, la entrega más ambiciosa de una de las franquicias más exitosas finalmente vio la luz a mitad de este 2014.

Y pese a que se hizo esperar, "X-Men: Days of Future Past" es la definitiva consagración que los mutantes de Marvel necesitaban y es también un parche para sanar las heridas (y los tremendos errores argumentales) que las demás entregas (especialmente la tercera) tuvieron.

11 años después de abandonar la saga, Bryan Singer vuelve a ponerse tras las cámaras por tercera vez y hay que decir que se encarga de hacer que su regreso valga la pena.

Comenzando en un futuro distópico donde los mutantes están al borde de la extinción a causa de unos letales robots conocidos como los Centinelas, la única esperanza de salvar a la raza recae en la impensada (y a la vez no tanto) decisión del Profesor X y Magneto de enviar a Wolverine al pasado para alterar los hechos y así cambiar el futuro.

Ese es el inicio de una vibrante aventura que transcurre gran parte en una exacta recreación de los años 70, donde el emblemático superhéroe busca a las jóvenes versiones de los mutantes que conocimos en "X-Men: First Class".

Pese a que tiene un papel prácticamente fundamental y que los tráilers hacían pensar que nuevamente Wolverine iba a ser la estrella del film, son el Charles Xavier interpretado por James McAvoy y el malvado Magneto de Michael Fassbender quienes se disputan el protagonismo manteniendo una alianza/duelo apasionante, donde también aparece como tercer pilar -y con más protagonismo que nunca- la Mystique de Jennifer Lawrence que termina siendo trascendental para la historia.

Alternando futuro con pasado, esta secuela/crossover nos entrega momentos épicos a la altura del mejor cine de superhéroes: la secuencia de Magneto levantando el estadio es impresionante, así como también las peleas entre los Centinelas del futuro y los X-Men adultos. Una mención especial merece esa inolvidable escena de Quicksilver que, aunque apenas aparece unos minutos, hace un papel memorable que tiene todo para crecer en la siguiente entrega.

Y situándonos en el futuro, es fantástico ver el regreso de los mutantes más representativos que conocimos en la trilogía (sobre todo de dos en los últimos minutos) y que junto con algunos nuevos que no tienen desperdicio, nos introducen en un adrenalínico clímax final que te mantiene expectante hasta incluso después de los créditos donde hay un pequeño adelanto de lo que vendrá próximamente.

El único defecto -mínimo pero aun así existente- es un par de cabos sueltos que quedan sin explicación, y un detalle que personalmente me resultó chocante porque era la oportunidad perfecta para salvar el desastre que hicieron con ella en la tercera, es ese cameo de no más de 5 segundos que tiene Rogue, que claramente merecía una reivindicación que parece nunca va a llegar.

Dejando de lado estos detalles tan mínimos, "X-Men: Days of Future Past" es la mejor película de esta saga que ya tiene 14 años y 7 entregas encima y que demuestra con toda la espectacularidad y la emoción necesarias, que los mutantes de Marvel tienen potencial de sobra para continuar llenando las salas.

9.2/10