Dos años después de los asesinatos en Woodsboro, Sidney Presscott intenta llevar una vida normal en la Universidad de Windsor. Con el estreno de la película basada en el libro de Gale Weathers, "Los Asesinatos De Woodsboro", dos jóvenes son asesinados sembrando el pánico ante la aparición de un potencial imitador del asesino.
Con la reinvención del género que hizo, la aclamación tanto de la crítica como del público y 173 millones de razones más, Wes Craven regresó un año más tarde para encargarse de la secuela de "Scream".
Así como en la anterior teníamos una escena memorable en el inicio, esta segunda parte arranca con una fantástica e inesperada secuencia en el cine donde Ghostface hace su aparición asesinando a dos (no muy inteligentes) jóvenes y dejando en claro que esta secuela serviría para consolidarlo definitivamente como un asesino memorable.
Con el regreso de prácticamente todos los sobrevivientes de la anterior, "Scream 2" se centra en la nueva vida de Sidney Presscott, que intenta seguir adelante después de los traumáticos asesinatos de Woodsboro, llendo a la universidad y tratando de olvidar dichos acontecimientos, aunque -por supuesto- no pasará mucho tiempo para que el pasado vuelva por ella y nuevamente deba luchar contra el sádico asesino.
Junto con ella, también regresa Gale Weathers, tan entrometida e incisiva como siempre, Dewey, tan despistado (para no decir otra palabra) como de costumbre y Randy Meeks, que nos regala varios monólogos geniales acerca de las reglas dentro del cine de terror.
Manejando el suspenso tan bien como en la anterior, Wes Craven logra mantener un logrado suspenso sobre quién está detrás de la máscara de Ghostface hasta el final, brindando varias muertes en el camino (la de la camioneta roza lo sorprendente) y cerrando con un vibrante final que te mantiene agarrado a la butaca hasta último momento.
Por todos estos motivos y pese a que no alcanzar el estatus de culto de su antecesora, "Scream 2" es una secuela imperdible para todo aquel que disfrutó con la primera y quiera seguir viendo a la eterna -y más dura de matar- víctima de Sidney y sus amigos enfrentándose nuevamente al imprevisible Ghostface.
8.2/10
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