Alex es el jefe de un grupo de salvajes apodados "los Drugos", quienes se divierten saliendo por las calles a aterrorizar, golpear y violar a las personas. Al llevar su violencia más allá y cometer un asesinato, Alex es encarcelado siendo sometido a un tratamiento extremista para anular sus conductas antisociales.
Agresiones, asesinatos, violaciones, crímenes motivados por el odio, la intolerancia o simplemente por el placer que se siente en base al sufrimiento del otro. Todos estos actos de violencia comparten un mismo punto en común: están instalados en la sociedad.
Escrita evocando un traumático hecho que padeció el autor y su esposa, "A Clockwork Orange" fue una novela que marcaría un antes y un después pero no desde lo literario, sino desde la adaptación cinematográfica que en 1971 dirigió Stanley Kubrick.
Dividida en tres partes, encontramos en la primera la escalada de violencia que Alex y su pandilla desatan en las calles de Gran Bretaña, cometiendo toda clase de brutales actos en base a la impunidad que sienten.
La segunda abarca el tiempo en prisión que el protagonista atraviesa, centrándose en el tratamiento experimental que inician las autoridades con él, utilizándolo como un conejillo de india para aplicar métodos de tortura que no son diferentes a la violencia que Alex utilizaba.
Finalmente, la tercera etapa nos muestra esa especie de reinserción producto del tratamiento, donde Kubrick aprovecha para acentuar la crítica política y finalizar con un cínico desenlace que afortunadamente omite el epílogo del libro.
Compuesta por varias escenas que se volvieron icónicas, una música igual de memorable y la soberbia interpretación de Malcom McDowell, "A Clockwork Orange" es una película que sobrevivió al paso del tiempo gracias a esa visión nada alejada de la realidad actual de la sociedad violenta en la que vivimos.
8.7/10
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