Aliados con el Capitán Barbossa para ir en la búsqueda de Jack Sparrow, Will Turner y Elizabeth Swan emprenden un peligroso viaje hacia el fin del mundo. Con la batalla final contra Davy Jones acercándose, los piratas deberán prepararse para combatir a bordo del Holandés Errante.
Teniendo un final abierto en la segunda y 1.066.2 millones para continuar la saga, "Pirates of the Caribbean" completó su trilogía con "At World's End".
Al estar más que aprobada la fórmula de aventuras marítimas y con un Johnny Depp en uno de los puntos más altos de su carrera, esta tercera entrega es una prolongación que apuesta por lo seguro y ya no corre riesgos.
Como resultados tenemos un fastuoso espectáculo de casi tres horas de duración, donde el entretenimiento jamás falta y los efectos especiales son deslumbrantes, tratando ambos apartados de disimular los varios defectos de un guión agujereado.
Con el Jack Sparrow de Depp igual de funcional aunque por momentos algo fastidioso, Keira Knightley es quien más brilla al adquirir Elizabeth un mayor peso dentro del barco, siendo secundada por el Barbossa de Geoffrey Rush que construye un gran personaje. No se puede decir lo mismo de Orlando Bloom cuya inexpresividad es incluso mayor a la de la tripulación fantasma del Holandés Errante.
Al destinar la mayoría de los 300 millones de dólares que costó a los apartados técnicos, Gore Verbinski estira en exceso la trama, descansando en los respiros de comicidad para desembocar en un final redondo que intenta compensar los excesos previos.
Completando la trilogía aunque no finalizando la franquicia que tendría vida más allá del fin del mundo, "Pirates of the Caribbean: At World's End" es una superproducción con diversión y espectacularidad de sobra, aunque con muchas de las fallas que sus predecesoras no tenían.
6.6/10
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