Clasificando material de investigaciones policiales de comienzos del siglo XX, David descubre que un crimen ha sido cometido en su casa. A partir de ese momento, el archivista comienza a ver la figura del asesino persiguiéndolo y amenazando la vida de su familia.
Siendo lugares elegidos recurrentemente por los asesinos en serie para descartar los cuerpos de sus víctimas, los canales tienen una gran trascendencia dentro de los archivos del crimen.
Utilizando estas construcciones destinadas -por lo general- al transporte de agua, "The Canal" relata una historia de fantasmas sin sorpresas pero con mucha efectividad.
Cuidando los aspectos técnicos y al contar con unas interpretaciones sólidas donde se destaca Rupert Evans como el perturbado David, la película mantiene una intriga constante que se fusiona con un halo macabro que da como resultado varias secuencias no precisamente habituales de ver en una producción de fantasmas.
Tanto la casa que oficia de escenario principal como el canal que tiene gran importancia son explotados para crear una atmósfera inquietante, que sirve también para disimular la falta de novedades y cierta previsibilidad en el desenlace.
Sin ser una de las película de fantasmas más destacadas que se estrenaron en los últimos años pero brindando todo lo que uno puede esperarse de ella, "The Canal" es una propuesta que no asusta pero sí perturba contando una retorcida historia de locura y espectros.
7.4/10
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