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viernes, 14 de junio de 2019

X-Men: Dark Phoenix (2019)

Durante una misión de rescate en el espacio, Jean Grey casi muere al absorber una misteriosa fuerza desconocida. Lejos de dañarla la fuerza vuelve a la mutante más poderosa aún, al punto de que ya no puede controlar sus habilidades. Intentando luchar contra esa fuerza, Jean provoca daño a su alrededor llevando a los X-Men a tener que enfrentarla para evitar que cause un desastre mayor.

19 años atrás y con los superhéroes apenas teniendo un pequeño lugar en el cine, los X-Men desembarcaron en la gran pantalla siendo unos de los primeros responsables de la supremacía que este subgénero conseguiría en los años siguientes, iniciando también una larga y productiva franquicia.
Con la compra de Fox a manos de Disney, se sabía hace tiempo que el destino de los mutantes estaba sellado ya que los planes del estudio monopolizador es realizar un reboot total dentro de unos años, por lo que "Dark Phoenix" significaría el final de estos 19 años.

Y lamentablemente, estamos ante un cierre que no es el desastre que muchos señalan, pero que se queda muy pero muy lejos de despedir con dignidad a este variado grupo que ha brindado grandes películas, pero que se retira con una que no hace justicia por ellos.
"Dark Phoenix" es como un remake no declarado de la caótica pero entretenidísima "The Last Stand", la tercera parte de la saga original donde Jean Grey y sus incontrolables poderes representaban el conflicto principal contra el que los mutantes debían batallar.

El comparativo con el film de 2006 no es nada erróneo ya que hay escenas que hasta parecen copiadas de aquella, no obstante, nuevamente (pero incluso de forma más acentuada) la historia es un caos.
Se pierde mucho de la identidad que caracteriza a la franquicia ya que el foco de la problemática mutantes/humanos se aborda con demasiada ligereza, sustituyendo este arco por la invasión de unos extraterrestres que buscan repoblar la Tierra con su raza.

Interpretando a la villana tenemos a una gran actriz como Jessica Chastain, la cual está completamente desaprovechada ya que nunca termina de tener un sentido su personaje, aunque al menos sirve para representar el peligro que Jean deja vacante.
El resto del elenco cumple como en todas las entregas anteriores, James McAvoy y Michael Fassbender dominan a sus personajes y sus (breves) intercambios ideológicos vuelven a ser de lo más jugoso, aunque no es nada agradable ese giro incomprensible que se le intenta dar al Profesor X envolviéndolo en una soberbia que no lo representa.

Sophie Turner es la verdadera protagonista ya que todo gira en torno a su Jean Grey/Phoenix, su actuación es correcta pese a flaquear en los momentos de mayor intensidad, aunque claramente la mejor versión de la psíquica siempre será la que Famke Janssen interpretó hasta "Days of Future Past".
Dentro del terreno de la acción se compensan algunos de los baches argumentales, las peleas entre los mutantes y la secuencia final en el tren contienen la espectacularidad necesaria para justificar la entrada del cine, sin mencionar que el entretenimiento tampoco está ausente.

"X-Men: Dark Phoenix" no está ni cerca de ser un desastre absoluto como injustamente se la calificó, sin embargo y recordando lo alto que llegó esta inolvidable saga, es un final descafeinado e indigno para estos 19 años que te deja pensando que los mutantes, ahora en manos de Disney, merecían una despedida más honorable.

6.5/10

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