El billonario Carl Durant lleva adelante un experimento farmacéutico utilizando tiburones toro como sujetos de prueba. Pero la investigación se sale de control y los escualos adoptan un comportamiento extremadamente agresivo, poniendo en peligro a los expertos que los estudian quienes deberán luchar para evitar convertirse en su alimento.
Sorprendiendo a todos los simpatizantes de la divertida película de tiburones, Syfy anunció hace unos meses que estrenaría en 2018 la secuela de "Deep Blue Sea".
Claramente las expectativas eran pocas considerando que el canal se especializa en películas de serie B de escaso presupuesto, y la confirmación de las peores previsiones llegó con su estreno.
Quien espere ver una continuación de la historia de 1999 tiene que saber que NO la va a encontrar, "Deep Blue Sea 2" funciona como un remake no declarado de aquella, pero desperdicia y arruina el concepto de los tiburones inteligentes.
Personajes que son expertos en sus áreas pero se olvidaron la inteligencia en la universidad donde les dieron sus títulos, justificativos sin sentido (se experimenta con los escualos para... ¡prepararlos para una supuesta guerra contra las máquinas!), bebés tiburones que parecen pirañas y hacen sonidos similares a los de un murciélago.
Si al menos dichas ideas hubieran resultado divertidas otro sería el asunto, pero no lo son... y de este experimento apenas se puede rescatar a los tiburones toro (las pocas veces que aparecen y pese a lo económicos que resultan desde lo visual).
"Deep Blue Sea" siempre será una de las mejores películas de tiburones que se han hecho: orgullosamente absurda, con grandes efectos especiales y sobre todo muy divertida; "Deep Blue Sea 2" es todo lo contrario.
3.5/10
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