Luego de acobardarse y no participar de un duelo a muerte, Albert, un criador de ovejas, es abandonado por su novia Louis quien se va con otro hombre. Deprimido por el abandono, Albert no le encuentra sentido a su vida hasta que conoce a Anna, una mujer recién llegada a la ciudad que le devuelve las ganas de vivir, aunque lo que él desconoce es que ella es la mujer del pistolero más letal del Oeste.
Con el descomunal éxito que obtuvo con "Ted" y luego de darse a conocer al mundo como presentador de los Oscar, Seth MacFarlane decidió que su gran oportunidad había llegado y se puso al frente (tanto detrás como delante de cámaras) de "A Million Ways to Die in the West".
Y muy lejos de la repercusión taquillera del oso de peluche marihuano, esta comedia ambientada en el Viejo Oeste tuvo una fría repercusión tanto por parte de la crítica como del público.
No es de extrañar que esto haya sucedido ya que "A Million Ways to Die in the West" tiene un constante limitador: Seth MacFarland, quien al no poder controlar sus ansias de ser una estrella hollywoodense, se da a sí mismo el papel principal, teniendo todo para lucirse pero fallando en base a la falta de carisma que padece.
Tampoco ayuda mucho la tan típica trama hacia la que se vuelca la historia, el romance entre MacFarland y -la siempre óptima- Charlize Theron con el obvio agregado de un marido malvado (un desaprovechado Liam Neeson).
Dejando en claro los errores que evitaron el éxito de esta comedia, hay que decir que a la hora de hacer reír funciona con efectividad, de hecho, hay varias secuencias hilarantes con las cuales es inevitable no reírse (el mejor ejemplo de esto son todas las secuencias de muerte a las que el título hace referencia).
Divertida en líneas generales pero víctima del ego de su creador, "A Million Ways to Die in the West" es una película destinada a pasar con más pena que gloria, que clarifica que Seth MacFarland debe quedarse tras las cámaras donde realmente sabe moverse, antes de repetir el error que acá comete.
5.7/10
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