Sam pasa sus días aburrido y carente de creatividad en su departamento de Los Ángeles. Cuando una misteriosa mujer se muda al complejo, Sam queda fascinado con ella y decide descubrir su paradero cuando extrañamente desaparece. Mientras tanto, un asesino de perros ataca por el barrio.
En 2014, el por entonces desconocido director David Robert Mitchell adquiría cierto renombre gracias a la sorprendente "It Follows", una película que de inmediato adquiriría una etiqueta de culto dentro del cine de terror.
Cuatro años más tarde, el realizador se pone tras las cámaras para dirigir un thriller tan plagado de misterios como generador del aburrimiento más soporífero.
"Under the Silver Lake" inicia con una premisa prometedora, presenta una variedad de personajes que podrían haber sido explotados desde la veta bizarra que los caracteriza, tiene un trasfondo más que provocativo centrado en los supuestos mensajes ocultos en los medios de comunicación y un actor talentoso como Andrew Garfield encabezando el reparto.
¿Cómo es posible que con tantas virtudes acabe siendo una introducción al sueño? La historia que prometía tanto se reduce al protagonista yendo y viniendo sin el mínimo sentido de un lado al otro, descubriendo absurdos insustanciales en todos esos lados, enfrentándose sin la menor emoción a situaciones insólitas donde todo misterio se diluye con explicaciones ridículas.
Hay planos artísticos que son una delicia visual y recuerdan a lo que Mitchell consiguió en "It Follows", el problema es que no son más que planos arruinados por escenas mal desarrolladas a lo largo de poco más de dos horas que se sienten equivalentes a ocho, haciendo que la poca fascinación despertada por "Under the Silver Lake" desemboque en un sueño absoluto.
4.0/10
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