Injustamente ninguneada al quedar eclipsada por enormes obras animadas del 2009 como "Up" y "Coraline y la puerta secreta", "Mary y Max" es una joya del cine de animación que brilla por su propia luz.
Lejos de los personajes simpáticos que suelen ser protagonistas de esta clase de producciones, acá nos encontramos con dos personas que representan esa parte que la sociedad rechaza por considerar diferentes, o simplemente "feas".
Por un lado, en Australia tenemos a una niña de ocho años que vive con dos padres que no le prestan atención y es acosada en la escuela por la mancha que tiene en la frente; mientras que en Nueva York, nos encontramos con un obeso cuarentón con Síndrome de Asperger que sufre crisis de ansiedad y vive prácticamente recluido en su departamento.
Tan diferentes como parecen ser a simple vista, ambos comparten el rechazo de su entorno y de la sociedad en sí misma, los dos se sienten solos, carecen de amigos y encuentran el uno en el otro un inesperado soporte a través de las cartas que se envían.
La relación entre estos dos seres incomprendidos está desarrollada con una profundidad emocional notable que permite emocionarse con sus historias, pero también reírse por las situaciones que atraviesan y que rozan lo tragicómico, o con las dudas que presentan y tratan de resolver desde la inocencia que los caracteriza.
Yendo a los aspectos técnicos, hay que decir que la calidad del stop motion es fantástica y las emociones de Mary y Max se expresan a la perfección haciéndolos humanos y olvidándonos que ambos están hechos de plastilina.
Única en su género y totalmente necesaria de descubrir, "Mary y Max" es una hermosa película que aborda temas incómodos que la sociedad prefiere ignorar de la mano de dos inolvidables personajes que te invitan a la reflexión y dejan en claro el enorme valor que tiene la amistad.
9.6/10
9.6/10
No recuerdo ninguna película que me tuviese llorando durante toda su duración como Mary and max. Es preciosa pero devastó mi corazón.
ResponderBorrarUna joya del cine de animación, maravillosa y terriblemente triste por igual, así como la vida misma.
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