15 de enero de 2009. Chesley "Sully" Sullemberger debió tomar una arriesgada decisión al realizar un aterrizaje de emergencia sobre el Río Hudson, salvando así a los 155 pasajeros que iban a bordo del avión.
Acostumbrados a ver las tragedias aéreas que cada tanto ocurren y donde las víctimas se cuentan en cantidades, hace unos años el mundo se paralizó con el llamado "Milagro en el Río Hudson" orquestado por Chesley Sullemberger.
Ilustrando tanto la hazaña del heroico piloto como el posterior fenómeno mediático alrededor de su persona, Clint Eastwood volvió a brindar una película prácticamente redonda con "Sully".
Apostando por una narración aleatoria de los hechos tantos previos como posteriores al acontecimiento, el director dota a la historia de un interés que nunca se pierde (pese a que todos sabemos cómo terminó todo).
Tom Hanks brinda una interpretación de primer nivel mostrando al Sully que se convirtió en un héroe al aterrizar el avión, así como también al Sully más humano que debe lidiar con las secuelas emocionales y la investigación que comienza sobre su accionar.
Con el amerizaje filmado con un impecable realismo, tal vez el punto flojo del film sean ciertos pasajes judiciales donde se siente un leve estancamiento del que se sale rápidamente pero que existe, además de que hay un par de personajes secundarios que resultan algo fuera de lugar.
Corrigiendo ese lamentable biopic que hizo en el 2014 con "American Sniper", Clint Eastwood se reivindicó para -ahora sí- contar la historia de un auténtico héroe americano cuya hazaña aérea siempre será recordada.
8.0/10
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