1838. Hutter es un agente inmobiliario que recibe la oportunidad de hacer un gran negocio viajando a Transilvania para venderle una propiedad al conde Orlok. Pese a ser advertido por los lugareños de la peligrosidad de visitar al conde, Hutter llega al castillo donde este vive para descubrir una siniestra realidad: Orlok es ese vampiro al que llaman Nosferatu.
Con su fama restaurada gracias a la nueva remake que hace unos días se estrenó, no hay mejor momento para retroceder -en este 2025- 103 años y descubrir a "Nosferatu".
No es sencillo juzgar una película de 1922 por obvias razones, quien no esté acostumbrado al cine mudo le resultará difícil tolerarla al igual que sobrellevar su tan pausado ritmo tan anticomercial (siempre hablando de términos actuales claro está).
Y aunque hoy en día no tiene impacto alguno, tengamos en cuenta que estamos ante una de las iniciadoras del cine de terror y la responsable mayor de instalar a los vampiros en la gran pantalla así como "Drácula" lo hizo desde las páginas.
Escenas como esa primera aparición de Nosferatu como tal o ese juego de sombras con su grotesca imagen resaltan como algunos de los momentos más memorables del film, momentos que quedaron grabados en base al horror que provocaron en su tiempo.
Pieza fundamental en la construcción del cine de terror, "Nosferatu" es indispensable de descubrir para todo aquel que quiera también conocer el origen de los vampiros a través de este emblemático plagio de "Drácula".
7.0/10