Durante los seis capítulos previos, asistimos ante el enfrentamiento entre los ejércitos de Cersei y Daenarys, ganando cada una su batalla demostrando ambas los motivos por los cuales quieren el Trono de Hierro.
Pero hay algo mucho más terrible que podría acabar con los reinos de las féminas o de cualquiera que quiera liderar los siete reinos, y ese algo es la horda de muertos helados que lidera el Rey de la Noche.
Como era de esperarse, Cersei se muestra cerrada a aceptar una tregua con la Madre de los Dragones manteniendo su postura ante una calmada Daenarys, Tyrion intercede intentando convencer a su hermana aunque de poco sirven sus palabras y sólo la entrada del espectro genera que la reina modifique sus creencias mostrando el mismo terror que cualquiera de los presentes.
Oficiando como la última esperanza para convencer a su hermana pese al desprecio que ella siente por él, Tyrion se reúne con Cersei con la Montaña preparado para asesinarlo ante la orden de ella, compartiendo una conversación donde la tensión prima mientras ambos se reclaman sucesos pasados, finalizando con el descubrimiento del embarazo de la reina.
Sin embargo, su postura mediadora no fue más que una actuación para engañar a sus enemigos, Cersei acordó a espaldas de Jaime que Euron Greyjoy parta hacia Essos en busca de la Compañía Dorada, mercenarios los cuales comprará con el oro de los extintos Tyrell, provocando la ruptura con su hermano/amante el cual se salva de que la Montaña lo mate, para terminar abandonando a Cersei e irse a pelear al Norte contra los Caminantes Blancos.
Arya es llamada para un juicio, pero no el suyo, sino el del propio Littlefinger, quien reacciona anonadado ante las acusaciones del asesinato de Lisa Arryn y de la traición cometida contra Ned Stark, intenta defenderse ante la frialdad de Sansa y luego del fulminante recuerdo de Bran sobre la conspiración que Baelish negó, Sansa da la orden y Arya le corta el cuello con la daga que el propio Petyr les regresó a la manada Stark.
Mientras Bran tiene una visión de la boda y las palabras que Lyana le dice a Ned antes de morir (el verdadero nombre de Jon: Aegon Targaryen), el -ya no- bastardo y la Reina de los Dragones (su tía) tienen un apasionado encuentro sexual en el barco que se trasladan, con Tyrion fuera de la habitación con una evidente preocupación por la creciente relación.
El verdadero horror emerge con la llegada del Rey de la Noche sobre el revivido Viserion, quien comienza a destruir el muro con su fuego azul, haciendo que este caiga y los muertos puedan pasar el obstáculo que los mantenía controlados.
9.5/10
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