Limpiando la chatarra de una antigua casa, Sonny y Sam encuentran un extraño libro con cerradura el cual terminan abriendo. Desconociendo lo que contiene en su interior, los chicos liberan a Slappy, el muñeco viviente creado por R.L. Stine, quien planea traer al resto de los monstruos durante la noche de Halloween.
Tras muchos años de ausencia, la saga literaria "Goosebumps" regresó con éxito a través de esa divertidísima película de 2015 que evocaba el espíritu (y los monstruos) de las novelas de R.L. Stine.
Dando pie al inicio de una franquicia, su secuela no iba a tardar mucho en llegar y tres años después apareció "Goosebumps 2: Haunted Halloween".
Lejos del satisfactorio resultado de su predecesora, esta segunda parte se siente como una oportunidad perdida de expandir un universo tan vasto como el que Stine creó ya que es víctima de la infantilización que las obras del escritor siempre evitaron.
Es una pena también que teniendo tantos libros valiosos que podrían haber adaptado se opte por reciclar la idea que tan bien funcionó en la anterior pero que ya no tiene el mismo efecto.
La aparición de los monstruos es lo mejor sin dudas, aunque el presupuesto esta vez es mucho más bajo los efectos especiales son más que decentes; Slappy es nuevamente la estrella del show pese a estar sobreexplotado y la ambientación en Halloween sí es impecable desde todos los puntos de vista.
El elenco apenas destaca y se echa de menos a los protagonistas de la primera parte que tenían mucho más carisma; la vuelta de Jack Black como R.L. Stine es más bien un cameo pero que se agradece.
"Goosebumps" es una saga literaria pensada para los adolescentes, el terror está dosificado pero siempre presente, algo que la película de 2015 capturó a la perfección. "Goosebumps 2: Haunted Halloween" es infantil en exceso, carece de terror y si se salva es sólo por Slappy y sus monstruos que evitan que este Halloween sea olvidable.
5.7/10
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