Cada vez que se anuncia que Hollywood adaptará un anime japonés la preocupación de los fanáticos se dispara hasta límites insospechados, algo más que comprensible mirando hacia atrás y observando el nefasto resultado de alguna de estas adaptaciones.
Tras varios años de planearse e interminables retrasos que hacían pensar en lo peor, "Alita: Battle Angel" llegó a la cartelera en febrero de 2019 dirigida por Robert Rodriguez y de la mano (y el guión) de un maestro de la ciencia ficción como James Cameron.
¿El resultado? Una vibrante película llena de acción que ilustra el cómic honrándolo y para nada denostándolo, entregando un espectáculo para la retina tan adrenalínico como entretenido.
Muchas veces se le cuestiona a las superproducciones no ofrecer más que efectos especiales sin una historia sobre la que sostenerse, pero tengamos en cuenta que justamente uno de los mayores alicientes para ir al cine es disfrutar de estos efectos que sitúan al espectador durante aproximadamente dos horas en un mundo donde lo imposible es real.
Iron City se transforma en un escenario ideal para el desarrollo de estas mismas, todo lo relacionado al Motorball es adrenalina pura y ver a Alita batallando contra numerosos cyborgs es de lo más estimulante.
Mucho se habló previamente de los ojos grandes del personaje, puede decirse que la mayoría se retractará de su opinión negativa ya que el CGI no tiene fisuras y gracias también al sólido trabajo de Rosa Salazar, Alita se complementa como la heroína perfecta para esta historia.
Siendo una de las películas de acción más representativas del 2019, "Alita: Battle Angel" es la adaptación que el emblemático anime merecía, rompe la maldición que suele caer en las versiones americanas de los dibujos japoneses y supone una experiencia llena de acción de la vieja escuela con la mejor tecnología actual.
9.0/10
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