Obsesionado con la película "Grave Encounters", un joven estudiante de cine llamado Alex Wright comienza una investigación para determinar si lo que se ve en el film es real e intentar averiguar sobre la desaparición de su protagonista, Sean Rogerson. En medio de su búsqueda, Alex recibe un extraño correo de alguien que dice saber lo que realmente sucedió y lo cita a encontrarse dentro del hospital psiquiátrico Collingwood, lugar donde se filmó la película. Invadido por la ambición de conocer la verdad y filmar algún suceso paranormal, Alex se adentra junto con unos amigos dentro de Collingwood, pero no pasará mucho tiempo para que desee nunca haber entrado en ese siniestro lugar.
Intentando aprovechar el éxito obtenido por la más que recomendable "Grave Encounters", un año más tarde apareció rápidamente su secuela para volver a introducirnos -con la cámara en mano- dentro del espeluznante psiquiátrico Collingwood.
Y como en la mayoría de las secuelas, esta segunda parte se queda muy lejos de conseguir el resultado de la anterior, quedando simplemente como una película de fantasmas más que funciona hasta ahí nomás.
En un comienzo es interesante que se trate de innovar la historia abordándola de una manera distinta, y aunque esta vez los protagonistas son los típicos adolescentes estúpidos más comunes de ver en un slasher que en una producción de este estilo, la idea está bien planteada a primera vista.
El tema es que los siguientes minutos se da muchas vueltas y se pierde demasiado tiempo con la supuesta investigación, y la película recién comienza a los 40 minutos cuando finalmente estamos dentro de Collingwood.
Una vez ahí adentro, todo cambia y aunque se imitan las secuencias de la anterior, hay un par de sustos muy logrados que te sobresaltan y los espíritus demoníacos son tan terroríficos como en la primera parte e incluso esta vez un poco más agresivos, lo que resulta un gran acierto.
"Grave Encounters 2" es una secuela que no le hace honor a la perturbadora primera parte que se consolidaba como uno de los falsos documentales más efectivos hechos recientemente, pero así y todo si omitimos sus 40 minutos iniciales, es una película de fantasmas que tiene cierta efectividad a la hora de brindar un par de sustos muy logrados.
5.9/10
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