Convertida hoy en día en una de las sagas más taquilleras de la historia y a la espera de qué sucederá con el futuro de la franquicia, está bueno retroceder 19 años y encontrarse con una de las películas de aventura más emblemáticas de lo que llevamos del siglo, "Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl".
Cuesta creer que una ambiciosa propuesta como esta nació de la inspiración que una de las atracciones de Disney despertó, y que inesperadamente, se materializaría en esta entretenida superproducción que consiguió llevar a los piratas (y a Johnny Depp) a lo más alto de la industria cinematográfica.
Combinando acción, aventura y humor en dosis similares, Gore Verbinski construye una historia de piratas clásica y con todos los elementos necesarios, pero adaptada al público familiar que Disney siempre tiene garantizado.
Más allá de contar una aventura marina de piratas y estar apoyado en unos efectos especiales de primera, la película se destaca por el carisma que despiertan sus personajes, destacándose Johnny Depp que -para bien y para mal- hace el papel de su vida interpretando al irreverente Jack Sparrow, y en un lugar secundario unos correctos Keira Knightley y Orlando Bloom.
Más allá de contar una aventura marina de piratas y estar apoyado en unos efectos especiales de primera, la película se destaca por el carisma que despiertan sus personajes, destacándose Johnny Depp que -para bien y para mal- hace el papel de su vida interpretando al irreverente Jack Sparrow, y en un lugar secundario unos correctos Keira Knightley y Orlando Bloom.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario