Mason, un niño de seis años, vive con su madre divorciada y su hermana mayor, viendo a su padre ocasionalmente. Con el correr de los años, el niño va creciendo y a su vez enfrentándose a los obstáculos que se presentan: mudanzas, nuevos amigos, colegios diferentes, sus primeros amores, ilusiones y desilusiones propias de la vida.
12 años de rodaje (aunque apenas 39 días de grabación) para representar en tiempo real el paso de la infancia a la adolescencia de un niño (más tarde adolescente), y para ilustrar parte de la vida en sí misma.
Es innegable que Richard Linklater logró una proeza cinematográfica nunca antes realizada con "Boyhood", y los excelsos reconocimientos críticos sumados a la importante cantidad de premios que obtuvo (pese a no lograr el más importante, el Oscar) lo demuestran.
Clarificado el hecho de que estamos ante un experimento fílmico único, hay que analizar a "Boyhood" como película, y es ahí cuando nos damos cuenta de que muy lejos está de ser la obra maestra que los expertos insisten en afirmar que es, y contrariamente, peca de tener una historia tan simplista como poco atractiva que la limita constantemente.
Es así como Linklater cae en el error de creer que por filmar algo nunca antes visto, se pueden omitir detalles fundamentales como un guión bien trabajado que construya situaciones que eviten el aburrimiento al que el film somete al espectador.
Gran parte de esta falla radica en su protagonista, Mason, un personaje por el cual no se puede sentir la mínima dosis de simpatía, y al cual seguimos durante 12 años únicamente para ver como se transforma en un prototipo de emo depresivo, interpretado por un desconocido Ellar Coltrane que -pese a sus cambios físicos y sus tantos peinados diferentes- se la pasa toda su infancia/adolescencia con la misma expresión sin generar nada más que desinterés.
De todas maneras y a pesar del yunque que significa su protagonista, la película encuentra en Patricia Arquette el único acierto argumental dentro de su elenco, y la única que se encarga de aportar la escasa emoción de la que la historia carece.
Haciendo un balance general de las cosas buenas y malas, se pude decir que "Boyhood" es un experimento cinematográfico novedoso que todo cinéfilo no debería perderse, pero también, juzgándola exclusivamente como película, nos encontramos ante una poco inspirada historia de vida que tranquilamente podría haberse filmada en tiempo normal (representando el paso del tiempo con maquillaje y cambiando al protagonista por actores parecidos), seguramente consiguiendo un resultado mucho más interesante del obtenido.
6.0/10
La vida no siempre es interesante o esta marcada por hechos grandilocuentes, puede ser sencilla y con problemas minusculos como la separación de los padres o el primer amor que el chico tiene, cuando comienza a experimentar cambios por el paso de los años o también el ir a la universidad por primera vez. Creo que la película lo retrata como tiene que hacerlo y de haberle agregado detalles solo para hacerla más interesante a los ojos de los espectadores la hubiera arruinado a la historia, celebro que no ocurra y se cuente una bella historia de vida.
ResponderBorrarEstoy de acuerdo en que no se necesitan hechos trascendentales para contar una historia y no es por eso que ataco a la película, lo que acá pasa es que dicha historia junto con sus personajes (exceptuando la madre) no despiertan interés, está bien contada pero nunca despierta un mínimo sentimiento cómplice que te permita involucrarte con lo que les ocurre a los protagonistas (por lo menos eso me pasó a mí).
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