Iris es secuestrada por un asesino que le inyecta una sustancia que la dejará completamente inmovilizada, obligándola a huir antes de que la paralización se complete y quede a merced del psicópata.
"Don't Move" es una de esas típicas películas de Netflix cuya popularidad es tan pasajera como el recuerdo que queda de ella una vez finalizada.
Su premisa es tan simple como interesante y podría haber derivado en un thriller de suspenso muy eficaz, no obstante, al caer en tantos lugares comunes solamente termina siendo eficaz a medias.
Es una pena ya que hay momentos bastante logrados pero los giros que elige siempre llevan hacía lo típico, sin mencionar algunas decisiones para nada coherentes de los protagonistas.
Hablando de ellos, tanto Kelsey Asbille como Finn Wittrock resultan convincentes en sus roles de víctima luchadora y asesino, uno se involucra con la pesadilla de ella y a él se lo odia con facilidad.
En resumen, "Don't Move" es una película típica que no aprovecha al máximo su potencial, pero que a su vez resulta de lo más llevadera de mirar.
6.0/10
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