Cuando su pequeño hijo muere atropellado por un motociclista, Ed Harley convoca a un terrible demonio conocido como Pumpkinhead. Dispuesto a cobrar venganza contra quien asesinó a su hijo y sus amigos, Ed envía al monstruo a acabar con todos ellos.
Entre los tantos y tantos monstruos que surgieron en la década de los 80, uno de los más destacados fue el que apareció en esta película llamada "Pumpkinhead".
Dirigida por un maestro de los efectos especiales como Stan Winston, no es de extrañar que el monstruo esté realizado con una impecabilidad visual (considerando el año en el que se hizo) y sea un motivo fundamental para que esta sea una de las mejores monster movies de esa época.
Utilizado para llevar a cabo una sangrienta venganza, Pumpkinhead es convocado para acabar con un grupo de jóvenes que asesinaron accidentalmente al hijo de un hombre que no está dispuesto a dejar impune el crimen.
Jugando en un comienzo con el aspecto del monstruo para después mostrarlo en su plenitud, el director logra desarrollar una historia donde el suspenso y la brutalidad se combinan en dosis perfectas, obteniendo un tensionante y sádico resultado gracias a su despiadada criatura.
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