1998. Tommy Wiseau y Greg Sestero, dos aspirantes a actores que sueñan con ser los próximos James Dean, llegan a Los Ángeles para probar suerte. Tras un par de años de fracasar en diversos castings, Tommy decide que es hora de crear su propia película: "The Room".
Los fenómenos pueden ser amados, odiados, comprendidos e incomprendidos al mismo tiempo, se los puede analizar buscando razones para justificarlos o descalificarlos, sin embargo, hay algo que un fenómeno nunca, jamás de los jamases puede ser: negado.
"The Room" llegó hace 14 años y de inmediato fue calificada como la peor película de la historia, fue un rotundo fracaso que aguantó apenas dos semanas en cartelera (pagadas por su creador) y no recibió más que burlas por su escasa calidad, incomprensibles escenas y sobre todo por Tommy Wiseau.
Pero en una época donde la viralización ya era una realidad, "The Room" se fue replicando decenas, cientos, miles y hasta millones de veces en Internet, consiguiendo una repercusión tan fuerte que se la reestrenó en sesiones de medianoche (al estilo de "The Rocky Horror Picture Show") donde el fenómeno avanzó a ser un suceso único, irrepetible y con una vigencia que muchas ganadoras del Oscar envidiarían.
Luego de leer el libro de Greg Sestero sobre la filmación de esa rareza nunca antes vista, James Franco sacó adelante este proyecto denominado "The Disaster Artist", donde él mismo se encarga de dar vida a Tommy Wiseau para mostrar la filmación del fenómeno "The Room".
Mientras miraba esta película había una pregunta (entre varias) que no podía parar de hacerme: ¿Puede una cinta que muestra la realización de una de las peores películas de la historia ser a su vez una de las mejores obras que se estrenaron este año? La respuesta irremediablemente terminó siendo un rotundo SÍ.
"The Disaster Artist" es una comedia desopilante, las risas que provoca son muchas y algunas duran tanto como con las escenas más recordadas de "The Room"; pero también "The Disaster Artist" es un biopic que trata de comprender y explicar a Wiseau, nunca desde una perspectiva de burla, sino desde el respeto y su focalización de soñador, excéntrico como ninguno, pero soñador a fin de cuentas.
James Franco suele ser un actor infravalorado pese a su versatilidad y aunque en "127 horas" alcanzó su interpretación más reconocida, lo que hace acá es sencillamente memorable. El tono de voz con ese particular acento europeo (claramente no de Nueva Orleans), los gestos calcados y hasta la risa, Franco se transforma en Tommy Wiseau, no lo imita y lejos está de parodiarlo, lo siente.
Acompañado por un elenco que lo respalda con solemnidad contribuyendo a su brillo, el actor muestra el -no menos insólito- proceso que derivó en la concreción de "The Room" así como el origen de las escenas y diálogos que más risas produjeron.
Si alguien me hubiera dicho hace unos meses que un biopic sobre la considerada peor película de la historia iba a estar entre mis películas favoritas del año difícilmente creería sus palabras, pero después de ver "The Disaster Artist" no puedo más que rendirme ante una película con tanto corazón como diversión que no hace otra cosa más que reafirmar el increíble suceso que significa "The Room".
9.4/10
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