Decididos a no volver a ser víctimas de sus jefes, Nick, Dale y Kurt inician un ambicioso emprendimiento propio. Pero cuando su principal inversor los termina estafando, las deudas y las responsabilidades laborales desesperan a los amigos, quienes deciden implementar un plan para recuperar el dinero: secuestrar al hijo del inversor.
Tres años después de la divertidísima primera parte y justificada por 209.6 millones de razones, "Horrible Bosses" reunió a su trío protagonista (y a prácticamente todo el elenco original) para esta segunda parte.
Destruida por la crítica y lejos de ser un éxito taquillero como su predecesora, esta secuela fue injustamente vapuleada y si bien es cierto que pierde la frescura al ser básicamente una continuación que repite los aciertos previos, no por eso deja de ser una comedia eficaz donde las risas abundan.
Manteniendo la química demostrada en el film de 2011, el trío conformado por Jason Bateman, Charlie Day y Jason Sudeikis vuelve a estar genial con un nuevo (e igual de desquiciado) plan, esta vez no contra sus jefes, sino contra un inversor que los estafó.
También tenemos los regresos de personajes secundarios como la dentista ninfómana que interpreta Jennifer Aniston, el delincuente fracasado al que da vida Jamie Foxx y el despreciable jefe que -esta vez desde la cárcel- representa Kevin Spacey. Todos ellos, aunque ya sin tanto protagonismo, aportan en una menor medida momentos hilarantes.
Yendo al lado negativo, "Horrible Bosses 2" ya no brinda ninguna sorpresa y hay alguna que otra situación que resulta forzada, no obstante y pese a las críticas excesivamente duras que recibió, sigue siendo una película que nunca aburre y te hace reír prácticamente durante toda su duración.
7.1/10
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