martes, 18 de marzo de 2014

Agosto (2013)

Cuando el patriarca de la familia Weston desaparece repentinamente, el resto de sus parientes regresa a la mansión en Pawhuska, Oklahoma, para acompañar a la matriarca hasta su regreso. El reencuentro de la familia hace que viejas disputas entre distintos familiares se reaviven, sacando cada uno de ellos sus respectivas miserias a la luz.

Desgracia, infortunio, avaricia, mezquindad. Estos son algunos sinónimos que se asocian cuando uno trata de definir la palabra miseria, y si de un diccionario virtual hablamos, el póster de "August: Osange County" tranquilamente podría ir adjuntado para definir a la perfección esa palabra.

Basada en una obra de teatro de Broadway, esta comedia dramática nos muestra el reencuentro de una familia a causa de un hecho que a todos involucra, y la resurrección de viejas disputas que salen a la luz, mostrando las miserias humanas que cada uno tiene.
Con un elenco de actores de primera encabezado por la siempre brillante Meryl Streep, el elenco se completa con la presencia de Julia Roberts cuyo personaje es un pilar fundamental de la historia, y en un plano secundario tenemos a Margo Martindale, Chris Cooper, Benedict cumberbatch y Ewan McGregor, quienes también aportan su cuota de miseria a la historia.

Si bien en un comienzo el personaje de Meryl Streep parece que se va a comer la película, la aparición de Julia Roberts cambia las cosas y en el imperdible duelo actoral que ambas protagonizan, Julia consigue ganarlo al brindar su mejor interpretación en varios años.
Proponiéndose mostrar el otro lado de la perfecta familia americana, el director logra construir un relato dramático pero con ciertos toques de humor colocados con precisión, y aunque por momentos todo se exagera al extremo, sólo por esa decadente escena donde madre e hija pelean por las pastillas hasta terminar en el piso, "August: Osage County" se consolida como una película contundente que define el término "miseria" como pocas veces se ha hecho.

8.2/10

1 comentario:

  1. Psicológicamente es un fascinante ejercicio del comportamiento humano, el personaje de Meryl Streep se empeña en demostrar que es quien llevó adelante la familia, no podemos saber cómo era el marido porque no aparece, pero es claro por su dominante personalidad que ella quien lo mandaba y probablemente quien lo empujo (sin intención creo) al suicidio.
    Fíjense como el personaje de Julia Roberts es la única que se enfrenta a la madre, se pelea con el doctor por las pildoras, tiene una personalidad dura y casi insensible. Se busco un marido al que puede dominar, igual que su madre, el la engaño igual que su padre hizo, hasta se muestra necia imponiendo su punto de vista.
    Las otras dos hermanas no tienen voluntad, una prefiera huir con cualquier hombre antes que quedarse en la casa materna, la otra no pudo irse jamás por dedicar su vida a subsistir bajo las ordenes estrictas de la madre.
    La película demuestra en ese punto que heredamos las cosas que odiamos de nuestros padres (hasta la personalidad aunque neguemos ser como ellos), podemos cambiar nuestras actitudes pero siempre seguirán dentro.

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